Si por la mañana permaneces en espacios cerrados con escasa iluminación.
Además de trastornar el ritmo biológico, cambiando los patrones de sueño, temperatura corporal y apetito, la ausencia de luz durante el día puede reducir la atención y el rendimiento.
La situación cambiaría drásticamente, según los investigadores, si colegios y oficinas dejaran entrar la luz natural a sus estancias, donde las personas estudian o trabajan.
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