El Pozo de las Nieves situado en el convento de San Andrés del siglo XVIII, vuelve a estar abierto al público después de haber estado sometido a trabajos de restauración llevados a cabo por el ayuntamiento de Salamanca. Esto ha permitido no sólo rehabilitar el pozo sino también reorganizar la zona de alrededor como la muralla medieval y los restos recuperados del convento.
Forma parte de siete pozos documentados de Salamanca y es el único que se conserva a día de hoy. Su función era almacenar la nieve y el hielo recogidos en los neveros de la sierra y en el río, entre los meses de abril y octubre.
De su arquitectura se sigue conservando la bóveda original y cuenta con una apertura en la parte superior, realizado durante los tiempos en los que en esa zona hubo una fábrica textil.
Dentro de los trabajos llevados a cabo, la iluminación ha jugado un papel importante para una correcta puesta en escena de las distintas áreas.
Los trabajos de rehabilitación han hecho que se descubran otros elementos históricos y arqueológicos además de contribuir a la mejora de accesibilidad del sitio.